En la Provincia de Santa Fe estamos ante una situación sin precedentes en materia educativa. Si no se toman medidas adecuadas, transitaremos un camino irreversible hacia una verdadera tragedia educativa. Los niveles de deterioro son abrumadores y aún no se visualiza una forma de recuperar lo que se perdió. Según lo expresado por el Ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta, «como consecuencia de la pandemia tendremos aulas más desiguales y aumentará la deserción escolar». En este contexto, el diputado provincial Alejandro Boscarol junto a sus pares de la Comisión de Educación han planteado en la Cámara de Diputados.
La escuela en cuarentena
En la Provincia de Santa Fe estamos ante una situación sin precedentes en materia educativa. Si no se toman medidas adecuadas, transitaremos un camino irreversible hacia una verdadera tragedia educativa. Los niveles de deterioro son abrumadores y aún no se visualiza una forma de recuperar lo que se perdió. Según lo expresado por el Ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta, «como consecuencia de la pandemia tendremos aulas más desiguales y aumentará la deserción escolar».
En este contexto, el diputado provincial Alejandro Boscarol junto a sus pares de la Comisión de Educación han planteado en la Cámara de Diputados, declarar la Emergencia Educativa. Necesitamos que el Gobierno Provincial salga de la parálisis y nos muestre un rumbo claro para volver a la escuela. Para que, con los recaudos sanitarios necesarios, toda la creatividad y de forma gradual abramos nuestras escuelas.
Necesitamos previsibilidad y una planificación seria y verdaderamente situada, basada en la realidad de nuestra provincia. Dejar de lado la pasividad funcional al Gobierno Nacional y tomar la decisión de conducir un proceso de gestión del riesgo con resiliencia educativa en la crisis. En la Provincia de Santa Fe tenemos más de 4800 establecimientos educativos que hoy están cerrados y casi 900.000 niños, niñas y jóvenes que están en sus casas. De todos ellos, según datos del Ministerio de Educación de la Nación, casi el 50% hoy no está en condiciones de continuar con su proceso de escolarización. Esta cifra representa a la suma de la población de los departamentos La Capital, General López, Castellanos y San Cristóbal.
A muchos estudiantes que presentaban serias dificultades para sostener sus trayectorias educativas, con la pandemia se les agravaron. La mayoría no cuenta con una computadora, Internet o un adulto con el capital cultural necesario que los acompañe en su estudio, haciendo casi imposible el aprovechamiento de las propuestas de educación a distancia. A esto se suma que junto a sus familias están sufriendo una profunda crisis económica. Los docentes han extremando esfuerzos y trabajado mucho más tiempo que lo habitual para mantener el vínculo con los alumnos y sus familias; en soledad, usando sus propios recursos y haciendo lo que pueden.
La escuela para la mayoría de estos chicos y chicas es: Whatsapp, textos cortos, audios, algún videito o Facebook; un cúmulo de actividades asincrónicas que resuelven como pueden. Como dato, cerca del 80% de la educación virtualizada a distancia se realizó de manera asincrónica. Claramente y lejos del ideal sarmientino, convivimos con una escuela para unos pocos. Es la escuela de la cuarentena. La triste realidad es que la gran mayoría de nuestros niños han quedado expuestos a lo que se denomina una escolaridad de baja intensidad.
Y lo más probable en este escenario, es que un porcentaje importante de ellos no regrese a la escuela. A esta incertidumbre que genera la pandemia se le suma el no ver todavía señales claras ni una planificación concreta por parte del Gobierno Provincial respecto de cómo se retorna al aula. La situación sanitaria en nuestra provincia es muy diferente a la de CABA, sin embargo, las medidas tomadas en materia educativa son idénticas. Pero es más sorprendente esta decisión si nos detenemos en las particularidades de los lugares donde casi no tuvimos contagios: las localidades que, desde el comienzo de la cuarentena hasta hoy no tuvieron más de 10 positivos, representan el 93,5% del total.
Asimismo, cabe destacar que nos encontramos en una fase de la cuarentena en la que casi todas las actividades están permitidas y existen actualmente en Santa Fe (según web oficial) 45 protocolos aprobados. Sin embrago, aún no sabemos con qué protocolos se va a retornar a clases. Estamos atravesando por enormes dificultades no sólo educativas y pedagógicas, sino económicas y sociales de una profundidad que todavía es difícil dimensionar; y cuyas consecuencias inevitablemente vamos a continuar viendo por mucho tiempo. Por eso es necesario intervenir con firmeza y evitar una catástrofe educativa.
Es importante crear un Consejo Provincial de Emergencia Educativa conformado por representantes de todos los actores del sistema educativo, padres, docentes y estudiantes. Un órgano consultivo, asesor, evaluador y controlador de todas las medidas que se tomen en el marco de esta emergencia. También es menester implementar un comité mixto de salud y seguridad en el trabajo. Para conocer las condiciones sanitarias y edilicias de las escuelas y elaborar protocolos acordes a ellas. Por último, y no menos importante, es disponer de las herramientas necesarias para que los alumnos que hayan quedado excluidos del sistema educativo durante la pandemia, puedan reinsertarse con formatos curriculares flexibles, acompañamiento y con ámbitos educativos de cercanía.
La ausencia de la escuela y la pérdida de clases provocan mucho daño a las familias y la sociedad en su conjunto. Pero esto parecería no estar en las prioridades de los gobernantes, y la ignorancia no ser tan preocupante como la pobreza o la enfermedad. Debemos recuperar el objetivo central de volver a la escuela para restablecer los derechos constitucionales de enseñar y aprender vulnerados durante la cuarentena, siguiendo siempre con el estricto cumplimiento de los criterios rectores de calidad e inclusión socio-educativa.